
Parte de una tenencia responsable de mascotas incluye visitas periódicas al veterinario, mantención de sus vacunas al día, desparasitarlos y mantenerlos bien nutridos, pero lamentablemente, existen enfermedades que nuestros animalitos pueden desarrollar a lo largo de su vida y que necesitarán atención y cuidado especial.
Enfermedades más comunes en mascotas
Enfermedades parasitarias
Esta es una condición que afecta tanto a perros como a gatos y se presenta más comúnmente en los primeros días de vida de los animales.
Lo normal es que gatos y perros, una vez vacunados y desparasitados internamente, eliminen estos bichitos a través de las heces.
Uno de los problemas que se puede presentar si tienes perros y gatos, es que el perro coma las heces del gato en proceso de eliminación de los parásitos y se infecte siendo adulto.
Lo mismo pasa cuando adoptas a un nuevo perrito; el perro grande puede comer las heces del pequeño e infectarse con estos parásitos.
Para evitar esto y en el caso de los gatos, procura mantener siempre muy limpio el sector en el cual tus animales hacen sus necesidades y si tus compañeros son perritos, acostumbra a tus mascotas a hacer sus necesidades durante sus paseos diarios, así tendrás pleno control de su comportamiento.
Enfermedades de la piel
Lamentablemente, no es extraño ver a perros y gatos callejeros con alteraciones en su pelaje debido a alguna enfermedad de la piel.
Dentro de las enfermedades más comunes en animales de ciudad están la sarna, la que es provocada por pequeños ácaros que afectan directamente la piel de tu mascota, provocando irritación, pérdida de pelaje y sensibilidad en las zonas afectadas.
Otra enfermedad bastante común y que no siempre entendemos como enfermedad es la presencia de pulgas en perros y gatos, las que se controlan con una adecuada higiene del hogar, incluyendo areneros, alfombras y lugares en donde pueden criarse los huevos de estos molestos insectos.
Algunas irritaciones en la piel de tus mascotas pueden deberse también a reacciones alérgicas a productos de limpieza, desequilibrio hormonal o incluso mala alimentación.
Existen en el mercado veterinario muchas soluciones para las enfermedades de la piel de los animales, pero recuerda siempre consultar a un especialista antes de medicar a tu mascota, ya que la solución a su problema dependerá de la causa y variados factores que deben ser analizados necesariamente por un especialista.
Rabia
La rabia, a pesar de que comúnmente la asociamos más a los perros y es más frecuente en canes, se puede manifestar en cualquier mamífero.
Se trata de una enfermedad infecciosa altamente contagiosa que ataca el sistema nervioso central y que puede provocar la muerte de tu mascota. Para prevenirla, debes mantener a tus animalitos con todas sus vacunas al día.
Enfermedades gastrointestinales
A pesar de que, al igual que en los humanos, las enfermedades gastrointestinales en mascotas son las más comunes, no por eso podemos descuidarnos y dejar pasar síntomas de alerta en nuestros animales.
Aunque pueden haber muchas razones para la presencia de síntomas, los más comunes están ligados a hongos, bacterias o parásitos adquiridos vía oral.
Una luz de alerta incuestionable es el paso de 24 horas con presencia de vómitos y diarrea. En este caso, lleva de inmediato a tu mascota al veterinario, ya que la deshidratación provocada por estos síntomas puede desencadenar problemas de mayor gravedad como hígado graso o gastritis.
Problemas ortopédicos
Muchas veces nuestros animales sufren caídas o accidentes que pueden provocan ciertas lesiones en sus extremidades.
Las señales de alerta en estos casos son la cojera, que pase más tiempo acostado de lo que acostumbra o que al tocarle la zona afectada reaccione con alguna muestra de dolor.
Es importante que ante cualquier detalle reacciones de manera rápida, ya que los animales presentan una gran tolerancia del dolor, así que puede estar sufriendo incluso si no se queja o da muestras de ello.
Lo que se aconseja es que, ante una caída de cuidado, lo lleves inmediatamente al veterinario con el fin de evitar problemas futuros.