El coronavirus, una ayuda inesperada para el medioambiente

Naturaleza y medioambiente

Existe consenso general en que el coronavirus es una grave amenaza que afecta al planeta entero, dejando miles de víctimas fatales en varios lugares del mundo. Lo más preocupante es que aún se desconoce su real alcance puesto que se trata de una enfermedad recientemente descubierta.

Una cosa es segura: el coronavirus va a cambiar todo para siempre. Incluso nuestra forma de enfrentar las enfermedades y la forma en la que nos comportarnos de manera colectiva en lugares públicos y repletos de gente.

La buena noticia, si es que hay una, es que el COVID-19 parece haberle dado un merecido e inesperado descanso a nuestro planeta. Así lo han demostrado varias imágenes que se han viralizado desde los lugares donde se ha llevado a cabo la cuarentena de forma efectiva y que muestran cómo la naturaleza ha recuperado terreno ante la escasa presencia de seres humanos.

Venecia más limpia

Italia es el país más afectado de Europa con un importante número de casos y una dramática curva de mortalidad. Sin embargo, por estos días han llamado la atención unas singulares postales que muestran a la turística ciudad de Venecia mucho más limpia, con el agua de sus canales tan clara que incluso se pueden apreciar cómo los cisnes y peces nadan felices y despreocupados ante la ausencia de las populares góndolas.

Estas insólitas imágenes sólo han sido posibles porque las personas han seguido de manera obediente su aislamiento hogareño, dejando de salir a las calles y a sus lugares de trabajo.

Mejora el aire

El periodo de aislamiento y confinamiento en el hogar también ha provocado una significativa mejora en la calidad del aire en el norte de Italia. Datos entregados por el satélite Sentinel – 5P muestran un descenso en la contaminación atmosférica, particularmente en las emisiones de dióxido de nitrógeno.

Algo similar ocurrió en la provincia china de Hubei, donde el promedio de días sin contaminación aumentó en un 21,5 por ciento, en relación con el mismo periodo del año anterior. Imágenes compartidas por la NASA también exhiben una importante reducción de las emisiones de dióxido de nitrógeno en las ciudades más importantes del país.

La buena noticia también provino desde Madrid, luego de que la ciudad consiguiera bajar la contaminación atmosférica hasta en un 35 por ciento. En Barcelona, en tanto, las emisiones de NO2 se redujeron a la mitad después de tres días de confinamiento.

Tiempo para la reflexión

La súbita aparición de animales en lugares urbanos, así como la drástica disminución en los índices de contaminación atmosférica nos entregan una luz de esperanza respecto al futuro de nuestro planeta. Eso sí, este sentimiento optimista viene asociado con el darnos cuenta de que la Tierra estaría mejor sin los humanos.

Es la cruda reflexión que podemos hacer luego de la disminución del tráfico en las calles y una menor producción industrial. Así, y de forma inesperada, el coronavirus se ha convertido en un aliado ecológico del planeta, en una especie de guardián de la naturaleza que ha operado cobrando un precio muy alto a toda la especie humana.

Lo bueno es que este periodo de aislamiento social puede incentivar una reflexión necesaria en todos nosotros respecto a nuestro comportamiento negligente y egoísta con el resto de las especies, así como la necesidad de adoptar una forma de vida más en armonía con el entorno.

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