
Al igual que en los humanos, los animales también pueden sufrir alergias que son muy molestas y pueden afectar la salud de un perro o un gato.
El polen puede provocar el asma felino, una afección que provoca la inflamación de vías aéreas y dificultad respiratoria con disnea, por lo que se recomienda acudir rápidamente a un especialista veterinario para tratar los síntomas.
Para el tratamiento de esta enfermedad, los médicos veterinarios recetan medicamentos para la alergia o, si continúa con esta afección, pueden administrar otros medicamentos que deben ser suministrados durante toda la vida. En algunos casos, se les administran oxígeno, pero sólo en los más graves.
Sin embargo, los tratamientos y medicamentos no darán los resultados deseados si no se identifica los agentes que provocan la alergia, lo cual es responsabilidad del dueño del gato. Por lo general, siempre se trata de factores ambientales como la arena sanitaria, humo de cigarrillos, perfumes, aromatizadores en spray, la alimentación, plumas, polen o incluso, situaciones de estrés.
Si se trata de una alergia provocada por el ambiente, se debe realizar una limpieza periódica de su hábitat, cambiar la arena sanitaria, aspirar su espacio para dormir y también alfombras, cortinas y todo lo que acumule polvo y ácaros. También la dieta es un factor que puede desencadenar el asma bronquial, pero debe acudir primero al veterinario.
Pulgas y garrapatas
El aumento de las temperaturas da paso a la aparición de parásito externos como las molestas pulgas y garrapatas en gatos y perros, lo cual puede provocar diversas alergias principalmente en la piel.
Lo perros, por ejemplo, pueden desarrollar una alergia de tal magnitud que puede provocar una dermatitis atópica, es decir, la piel se ve expuesta a los constantes rasquidos de animal que incluso puede presentar lesiones o pérdida de pelos, principalmente en la zona lumbar.
Si su perro o gato presenta rasquidos incontrolables, lesiones o zonas despobladas de pelos, lo mejor es acudir a un veterinario. Por lo general, se eliminan las pulgas y garrapatas que están provocando la alergia junto a diversos antihistamínicos, antiinflamatorios (corticosterioides) que tratan de controlar los síntomas.
Sin embargo, este tipo de alergia también puede ser provocada por alérgenos ambientales, como polen y hongos, por lo que deben tratarse con fungicidas (en caso de los hongos) y, en casos más graves, antibióticos para tratar las heridas de los rasquidos.